Proactivamente Reactivo, Cuantas veces nos hemos encarado con ese momento donde en retrospectiva decimos: “Hubiera hecho esto y seguramente habría tenido otro resultado”, “de haber sabido no lo habría hecho así” y muchas otras afirmaciones en las que cualquier condición o decisión afecta directamente el resultado real de cada evento.
Esta retrospección en lo cotidiano tiene una vigencia muy corta debido a que es una respuesta emocional a las sensaciones o eventos del momento y no siempre suelen ser de una magnitud suficiente como para generar un cambio real en nuestra forma de pensar y por consiguiente en nuestra conducta.
Lo mencionado anteriormente está intrínsecamente ligado a la toma de decisiones conscientes de cada uno en las cuales excluimos muchos componentes o factores por el simple hecho de “resolver” una situación inmediata o emergente. Todo el escenario anteriormente planteado se origina porque nuestra postura frente a eventualidades, tareas, responsabilidades o trabajo es reactiva (limitado a reaccionar o responder solo cuando se ve exigido o presionado a ello).
Una persona que en su diario vivir prefiere ser reactiva reduce sus oportunidades de crecimiento y desarrollo personal, social y laboral puesto que esta actitud reactiva sesga la visión y análisis consiente de sí mismos, abstrayéndose del sistema en el que está y por consiguiente está en el riesgo de no ser capaz de prever las consecuencias de sus actos y la influencia de estos en otras personas, lo cual puede llevar a reaccionar de forma tardía, impulsiva e incluso de forma agresiva por la falsa sensación de intimidación ante cuestionamientos respecto a nuestras acciones.
“Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo”. Frédéric Chopin
Ser una persona con una actitud reactiva cierra la facultad de enfoque y entendimiento de sus propios actos, atribuyendo todo resultado a factores externos sin darse la oportunidad de auto descubrir los puntos de mejora personales, donde el “causante” de toda situación siempre es un factor exógeno a uno mismo y poco relevante para entender los resultados de cualquier evento. Esto no quiere decir que una persona que es reactiva a los sucesos es despreocupada por naturaleza, sin embargo, es propenso a eludir responsabilidades o acciones que están en sus manos lo cual como menciona Frédéric Chopin, las responsabilidades o dificultades eludidas se convertirán en nuestros fantasmas y eso no nos permitirá concentrarnos en nuestro que hacer, alimentando gota a gota muchos desatinos que pueden ser resueltos con un sencillo pero voluntarioso cambio de actitud, la actitud de ser una persona proactiva.
“La entrega del proyecto es el próximo jueves así que enviaré ahora plan de oferta a especialidades, recopilaré la documentación legal y así el martes tendré todo listo solo para recibir el visto bueno para presentar nuestra oferta”, lo anterior se lee fácil pero en esencia conlleva una gran complejidad individual de organización porque desde su estructura enuncia una posición de poder y convicción de un objetivo claro, refleja comprensión y entendimiento del entorno (gestión y dirección de otras personas y alcances de estos) y prevé situaciones que otorguen márgenes de maniobra en caso que las cosas no salgan como se espera, esto y mucho mas es una persona proactiva. Entenderse así mismo y al medio en el que una persona se está desenvolviendo se vuelve clave para la proactividad, esto es una decisión personal, no podemos aludir que “no soy así” para no dar lo mejor de cada uno, “no soy así, proactivo” es un ahora, pero con disciplina (Acto consiente y voluntarioso de cumplir una meta) podremos cambiar no solo nuestra auto percepción sino los resultados de los eventos en los que estamos involucrados.
Ser una persona proactiva permite que no nos gane la urgencia y siempre tendremos lo importante como el camino a seguir, resolver antes de empezar, como una partida de ajedrez con varios movimientos anticipados contra nuestro oponente o las circunstancias, ser proactivo puede tener muchas definiciones complejas y estructuras que definan a la persona idílica de la proactividad, sin embargo, lo importante es que nos auto construyamos, actuemos y nos proyectemos como personas capaces de estar prestos a resolver cualquier eventualidad, tarea o desavenencia de una forma anticipada, consiente de los errores y dispuesto a aprender de ellos, hacerlos nuestros y que se vuelvan la experiencia con la cual edificar el día de mañana.
Todo esto no tiene que ser exclusivo de ámbito laboral, pensemos en nuestra paternidad, en nuestra comunidad, con nuestros amigos; podemos ser faro para aquellos que aún no quieren ver que un pequeño cambio de actitud y conciencia nos abre las puertas hacia un bienestar y tranquilidad de que no hay mas fantasmas que perturben nuestro reposo, olvidémonos de ser productivamente reactivos porque eso no es para nosotros.
Alirio Guerra.