A veces es difícil descubrir que nos gusta hacer cuando somos pequeños, en mi caso siempre fui una persona a la que le gustaba estudiar y nunca necesite ayuda de mis padres para hacer las tareas, eso era una frustración para mis padres je je je porque nunca se involucraban con mis actividades académicas, o mejor dicho yo no los dejaba, eso marco un sello en mi formación porque me dio siempre mucha independencia y carácter.
Pero en el caso de las actividades extracurriculares mis papas si estaban detrás de ellas, hubo varias cosas en las que me metieron a practicar, por ejemplo, participe en un grupo de música en el colegio tocando un instrumento musical que se llama cuatro (parecido a una guitarra) y fue genial porque aprendí de música, de partituras, notas musicales, tempo, afinación, etc… Gracias a ese grupo musical pude viajar por toda Venezuela representando el colegio en competencias musicales.
Mi papa me metió a practicar beisbol, y me gustó muchísimo practicarlo sobre todo porque aprendes a trabajar en equipo, mi posición era primera base, pero deje de practicarlo porque comencé a sufrir de migrañas y el sol era un enemigo así que lo dejé, pero lo practique alrededor de 2 años, era emocionante ir a los juegos y que mis papas estuvieran allí apoyándome. Gracias a eso me encanta disfrutar de un partido de beisbol en la TV y en vivo, y en mi país es el deporte oficial así que en la temporada es una emoción en cada casa y cada esquina.
También practique el basquetbol, pero de verdad prefiero no hablar de eso, simplemente no me gustaba y lo deje de practicar casi de inmediato, era un deporte que odiaba y se lo dije a mis papas y de inmediato me sacaron de las practicas.
Pero de todos los deportes que practique, la natación fue lo que mas me gusto y me trajo muchas alegrías. Comencé a practicar natación porque sufría de la espalda desde pequeño y a pesar de que mi mama me llevaba a las fisioterapias, el medico siempre le recomendó a mi mama que me metiera a nadar para mejorar los músculos de la espalda. Y así conocí las piscinas.
Tenía como 7 u 8 años cuando comencé a practicar, y fue mágico desde el día uno, el contacto con el agua, el perder el miedo a exhibir el cuerpo a otras personas, la conexión con los entrenadores y los compañeros de las practicas, controlar la respiración, flotar, aprender los estilos de natación. Fue otro mundo para mí, un complemento y más que una obligación era una sensación de tranquilidad la que me daba estar en el agua.
Lo practique por 10 años hasta entrar a la universidad, y como todo deporte a pesar de dar muchas alegrías sobre todo al ganar las competencias, es un deporte de mucha práctica, mucho esfuerzo, mucha dedicación, mucho compañerismo, altas horas de entrenamiento, bastante sacrificado, agotador, mucho frio, pero cuando te gusta algo, no notas eso, solo te enfocas en las competencias. Me gustaba porque era un deporte individual, te concentras en el carril que nadas y solo piensas en mejorar técnica y hacer los mejores tiempos. Competí en varias categorías dentro de mi país y era super emocionante. Como todo muchas veces gane, otras veces no clasificaba, pero tener un buen entrenador y equipo y tu familia que te apoya y te explica todo lo que pasa cuando no ganas era súper importante. Aprendes a perder. Con la natación aprendí a tener una segunda familia.
Muchos conocen deportistas de otros deportes, pero pocos conocen de natación, por ejemplo, yo en mi país aprendí quien era Rafael Vidal el primer medallista venezolano en estilo 200 mts de mariposa que ganó medalla de bronce en las olimpiadas de Los Ángeles 84, igual en las olimpiadas de Atlanta 96 el venezolano Francisco Sanchez … llamado “el tiburón Sanchez” fue un gran competidor, aunque no gano. De categoría internacional recuerdo al ruso Aleksadr Popov el medallista de 50 mts libre ganador del oro en Barcelona 92 y Atlanta 96, pero el mas conocido Michael Phelps con todos sus récords desde Pekín 2008. Gracias a estos atletas más me interesaba en la natación, eran una inspiración porque uno quería ser como ellos y ver las competencias en TV en los mundiales de natación era increíble y excitante, porque son competencias en donde un milisegundo cambia todo.
Después de la universidad lo dejé de practicar porque era muy demandante los estudios y luego comencé mi vida laboral, pero ir siempre a la piscina era una conexión única, el agua me relajaba.
10 años después retome las piscinas en la categoría Máster, y fue como volver a ser niño, a la época de nadar y competir, volver a ser parte de un equipo y me encanto vivir esa sensación de nuevo, entrene duro y gracias a eso tuve la oportunidad de representar a mi país en el máster de natación en Sarasota Florida en el año 2013 y fue como estar en las olimpiadas, estar allí en otro país representando el tuyo no tiene precio, cuando escuchas tu nombre en el pedestal de nado de verdad te llena de mucho orgullo.
La natación para mí no solo ha sido un deporte, ha sido parte importante en mi vida, de muchas alegrías, de experiencias increíbles, me conecta y desconecta a la vez con el mundo, un estilo de vida que incorpore en mi vida en muchos aspectos.
Si haces lo que te gusta, simplemente aprendes a disfrutar las cosas, sea lo que sea, no notas que te cansas, y pierdes la noción del tiempo en el buen sentido por hacer lo que quieres. No hay edad para nadar.
“El nadar es normal para mí. Estoy relajado. Estoy cómodo y conozco mis alrededores. Es mi casa” – Michael Phelps.
Jose Corredor.