Todos conocemos el poder que tiene la sonrisa, esta suele ser contagiosa y cada uno de nosotros ha vivido un momento de contagio de sonrisa en el cual nos encontramos en la necesidad de corresponderlo. Recuerdo una campaña publicitaria de Coca Cola, donde decía “la felicidad comienza con una sonrisa”, mostraban un video con un grupo de personas en el metro, uno de los usuarios empezó a sonreír sin razón alguna, resultado de esto: el resto de las personas sonrieron automáticamente; el objetivo de la publicidad era transmitir que consumir su producto equivale a una sonrisa y por ende te lleva a la felicidad. Asimismo, es un gesto bastante sencillo, no cuesta nada y genera un gran impacto en los demás y en uno mismo.
Muchos estudios y profesionales de salud mencionan que el solo gesto de sonreír puede liberar cualquier tipo de tensión o momento estresante que estés pasando, y también dicen que podemos identificar con facilidad una sonrisa autentica de una sonrisa por compromiso.
¿Por qué hablar del tema? Considero, es sustancial saber cómo nos expresamos con los demás, lo que reflejamos y transmitimos. Se dice que la primera impresión de una persona es la que más se recuerda, y que mejor forma que esta sea por medio de una sonrisa, sobre todo cuando se trata en un ámbito laboral, porque es un gesto que refleja confianza y seguridad hacia el otro, llámese este proveedor, cliente, jefe o compañero de trabajo.
No hace falta mencionar lo irregular que resulta este año, pero sabemos que el camino de la vida está lleno de completo aprendizaje y el 2020 ha sido exigente en ese aspecto; siempre he considerado que la mejor manera de enfrentar una crisis es a través de la gratitud y la sonrisa, aunque no tenga sentido en el momento, el resultado es de gran beneficio porque más allá de lo que transmitimos hacia otra persona es lo que podemos transmitir para nosotros.
En estos últimos meses con la situación de pandemia y el uso de las mascarillas me he percatado que hoy en día nos toca sonreír más para nosotros mismos que para otros, muchos dicen que tenemos que sonreír con la mirada, personalmente se me hace difícil ya que con suerte logro identificar los rostros, sin embargo, el esfuerzo se vuelve mayor. Ahora, no basta una sonrisa, nuestras expresiones requieren de un saludo, unas palabras, asentar con la cabeza y es bueno pues es una forma de acercarnos más con los demás. No nos quedemos con la sonrisa, tomemos el reto y busquemos expresarla hacia el resto de las personas.
Sigamos sonriendo, aunque la situación parezca difícil, o nuestras emociones sean de frustración, dolor o tristeza, busquemos sonreír porque una sonrisa es una fuerza para seguir adelante.
Fatima Galeas.